lunes, 10 de diciembre de 2012

Problemática de la educación en España.

DISCURSO CONFERENCIA MAGISTERIO CON MÉXICO SOBRE LA EDUCACIÓN.

Partiendo de la realidad española de crisis económica y social vivida y acentuada en los últimos años, resaltaremos las siguientes problemáticas acaecidas en la educación de nuestro país:
Debido a la rapidez de los cambios sociales que se h
han producido en nuestro país en un corto periodo de tiempo, el estado de bienestar del que gozábamos, se ha visto afectado, creando en los ciudadanos una intolerancia a la frustración, es decir, no aceptamos un no por respuesta. Uno de los aspectos más destacables en el que se ha hecho visible tal frustración es el hecho de que se ha creado una sociedad consumista en la que nos vemos inmersos, lo que antes era importante ahora no lo es, provocando un cambio en los valores y en el orden de prioridades en los mismos. Hace unos años los valores que se vivían en nuestra sociedad eran el respeto, la cultura del esfuerzo, el concepto de autoridad, la tolerancia y el concepto de familia como pilar básico dentro de la sociedad. Hoy día, sin embargo, se valoran otra serie de aspectos en la persona como el yo, la individualidad, el poseer, es decir, el concepto de persona cambia: “vales lo que tienes”.

Claro está que la crisis actual es el resultado de una crisis económica, provocada por una crisis social que deriva en una crisis de valores, en la relación del ser humano con la propiedad, con sus semejantes y con los ideales. La expansión y predominio de los valores materialistas ha provocado la creación de una mentalidad basada en unos criterios inestables que atentan a la integridad y esencia del ser humano.
Concepto de educar.

Pensamos, que en este momento, la sociedad no educa, sino socializa, y ¿quién está educando?, ¿quién está socializando? Las instituciones sociales están formadas por la Familia, la Escuela, Iglesia y el Estado, cuya función debería ser la de educar y socializar. El problema es que las instituciones sociales no están cumpliendo su función, ¿por qué? Porque no saben cómo hacerlo o no quieren asumir esa responsabilidad.
Este es el problema. Se está delegando el acto educativo en el maestro. La situación actual es que estamos dejando la responsabilidad en manos de otros y esos otros, en manos de otros, con lo cual nadie se está ocupando realmente de la educación

Por tanto, entendemos que las instituciones sociales sólo socializan. Entendiendo la socialización como la creación de moldes que mantienen estratos sociales ya existentes para la sociedad que actualmente está vigente. En cambio, otros valores que pertenecen al ámbito educativo como el espíritu de sacrificio, la responsabilidad, tener una capacidad crítica, luchar por nuestras utopías y comprometernos con los demás, han sido sustituidos por modas determinadas como la cultura de la publicidad, de la estética, del todo vale, estereotipos sociales, lo fácil y una cultura egocéntrica. Pocas son las instituciones que quieran educar a los niños y jóvenes de hoy con un espíritu crítico para tomar decisiones sobre su propia vida y la de los demás.

Así mismo, la escuela no ha salido indemne de la conmoción que ha vivido el conjunto de la sociedad. La crisis económica global ha repercutido entre otras cosas, en el sistema educativo, afectando tanto a alumnos como al profesorado. El alumnado expresa los temores y dudas ante una situación que vive de forma directa en su entorno más próximo porque en sus familias hay situaciones de desempleo o por otras causas de dificultades económicas. Por otro lado, el profesor teme por el desprestigio de su profesión, los recortes económicos afectan al desarrollo de sus competencias y algunos de los derechos concedidos al alumnado, están deteriorando el rol autoritario del profesor, el cual duda al tomar determinadas decisiones con respecto a su alumnado.

Kofi Annan, exsecretario de la ONU y Premio Nobel de la Paz en 2001, frente a la pregunta: “¿cómo deberían ser unos buenos ciudadanos globales?”, contestaba que “es necesario empezar por su comunidad, su escuela, que hagan bien lo que puedan y partan de ahí. Si alguien ve que algo está mal, que organice a sus amigos y haga algo al respecto”.
Pues bien, pensamos que es ahí donde se encuentra la clave; Un buen maestro debe actuar y creer que su trabajo es la herramienta necesaria para cambiar la sociedad y retomar aquellos valores que están cayendo en el olvido o crear otros nuevos, debe creer en sí mismo y asumir la plena responsabilidad en el desarrollo de la persona.
Los maestros trabajamos con el material más delicado que existe: la persona. Por tanto, tenemos que tener mucho cuidado porque en nuestras manos están los hombres del mañana. Debemos creer en esta difícil tarea, puesto que si no creemos en ello difícilmente lograremos alcanzar nuestro objetivo primordial que no es otro que educar personas preparadas para el futuro y para afrontar una nueva sociedad emergente, capaces de ser críticas con el mundo que le rodee y constructoras de un nuevo mundo. Les daremos las pautas para que ellos elaboren su escala de valores; así estaremos colocando los pilares para que se vuelvan a construir unos buenos cimientos.
Todos los maestros debemos unirnos y ser conscientes, por tanto, de la obligación de ponernos en marcha y construir la escuela del mañana, luchar por el futuro de nuestro país. Como dice el lema de este nuevo curso que hemos comenzado: de ti depende, de ti dependo.

En conclusión: Nosotros, como futuros maestros, estamos dispuestos, queremos, debemos cambiar nuestro rol, por recuperar ese prestigio que, por una u otra razón, hemos perdido. Que nuestro gremio se sienta fuerte ante la adversidad y no pensar que nuestra labor es simplemente un trabajo. Nuestros alumnos deben percibir la confianza, la fuerza de espíritu, nuestra vocación, esa motivación intrínseca que nos mueve día a día a trabajar para formar personas del mañana.
Nos valemos de nuestra formación en las ciencias de la educación, para guiar a nuestros jóvenes en su educación hacía un futuro donde se puedan ayudar para paliar los problemas y estén preparados con autonomía, valores, capacidad de lucha y de superación, espíritu crítico…
Desde la educación, queremos poner en alza el valor de la familia, que ésta retome sus funciones educativas y pensar que los niños de hoy son los hombres de mañana. Que en sus manos estará la educación y la socialización de las generaciones posteriores.
Desde España, nos gustaría dejar una pregunta abierta al debate: ¿Qué más creéis que podemos hacer, desde nuestra posición, para mejorar la problemática planteada? Nos gustaría conocer la opinión de los países participantes y saber si comparte esta visión de la sociedad actual.

Antes de despedirnos, queremos agradecer, una vez más, la oportunidad de compartir esta experiencia. Un saludo desde España.  (Curro Rodriguez, María Gómez, Marina Adiamantiadis, Sor Ana Gutierres Y Laura Trujillo Mejías con la colaboración de Elena Alarcón y Juan Luís Vidal)